De Ojalá
Mónica Baltodano es una comandante guerrillera que, junto a sus compatriotas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), luchó en la Revolución nicaragüense de 1979. A pesar de su poderosa presencia, tiene un trato afable y habla con calma y precisión; se describe a sí misma como una “enamorada del poder popular”.
Baltodano se unió al FSLN en 1972 y en 1974 pasó a la clandestinidad en el contexto de la lucha armada. Cinco años más tarde, cuando la revolución sandinista triunfó sobre el dictador Anastasio Somoza, fue nombrada “comandante guerrillera” del FSLN. Trabajó en la construcción del Estado revolucionario en los años 80, fue elegida concejal de Managua en 1990 y diputada en 1994. Más tarde también escribió una historia en cuatro volúmenes de la lucha sandinista.
Baltodano afirma que la derrota de los sandinistas en las elecciones de 1990 se debió más al impacto de la contrarrevolución de Ronald Reagan que a las fallas de los jóvenes militantes que se presentaron a las elecciones. Pero escándalos como el de la Piñata Sandinista en el que dirigentes del partido —incluido Daniel Ortega— se hicieron con propiedades y bienes adquiridos mediante expropiación al dejar sus cargos crearon una crisis de legitimidad para el FSLN.
“Eduardo Galeano, cuando conoció todo eso, dijo que estaba sorprendido de cómo jóvenes que habían sido capaces de arriesgar la vida y de morir por la causa ahora tenían terror a perder las cosas”, me dijo Baltodano durante un almuerzo en Quito, Ecuador, en octubre. Ya en la década de 1990, dijo, Ortega instrumentalizaba a las organizaciones sociales dedicadas a reclamar tierras para negociar y construir su propio poder y crear lo que ella llamó una burguesía rojinegra (los colores del sandinismo).
Participó en los levantamientos masivos de 2018, en los que policías y paramilitares mataron al menos 355 personas. Durante los años siguientes, hubo otros intentos de protesta de menor envergadura, mientras la libertad de expresión y de reunión en Nicaragua se iban anulando. Baltodano abandonó Nicaragua por puntos ciegos en agosto de 2021. Pero nunca abandonó sus ideales y sigue luchando por su país, hoy desde el exilio en Costa Rica. Ella es uno de los casi 500 nicaragüenses a los que el régimen de Ortega ha despojado de su nacionalidad.
En otoño tuve la oportunidad de sentarme a conversar con Baltodano en un café repleto de frondosas plantas. Nuestro intercambio ha sido ligeramente editado por motivos de claridad y extensión.
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Dawn Marie Paley es una periodista de investigación interesada en la confluencia entre el neoliberalismo, el crimen organizado y la violencia.
Esta entrevista fue publicada por primera vez en Ojalá.