Una marcha reciente, violenta y destructiva, llamando a expulsar a las personas haitianas de Punta Cana es el síntoma de un extendido e intenso anti-haitianismo y un creciente movimiento fascista en la República Dominicana.

Un obrero de la construcción observa y graba desde lo alto de una edificación en construcción la protesta de sus compañeros. Unos treinta trabajadores recorren a pie una carretera de tierra y rodean un vehículo, que poco después se pone en movimiento, saliendo del encuadre. Se escucha un disparo y los obreros corren, huyendo del tirador, en dirección opuesta a aquella en la que se ha alejado el vehículo. Un segundo disparo. Un obrero yace inmóvil sobre la tierra caliente, le han disparado por la espalda. Otro video muestra a los trabajadores en torno a su compañero que muere. Un tercer video nos pone cara a cara con la muerte, vemos de cerca al obrero Fritzner Pierre Presnor, conocido cariñosamente como Sonsón, sin vida, su chalecho de seguridad amarillo ensangrentado a la altura del hombro izquierdo. Luego la Policía Nacional dirá que Presnor portaba un machete, pero el video muestra que no estaba armado y que fue herido a una considerable distancia del vehículo desde donde el capataz Héctor Ramírez Pérez disparó contra los obreros.
Presnor fue asesinado el mediodía del 22 de marzo, mientras protestaba junto a sus compañeros por el pago atrasado de sus salarios. Su muerte es una instancia más de la violencia anti-haitiana promovida sistemáticamente por el gobierno dominicano. El gobierno autorizó la marcha convocada por el grupo paramilitar conocido como Antigua Orden Dominicana (AOD) y realizada el 30 de marzo en Friusa, un barrio popular de Punta Cana. Otro obrero haitiano caería, víctima de la violencia estatal pocas semanas después, en un barrio cercano, y menos de un mes después de la marcha de la AOD, todos los habitantes del sector Mata Mosquito de Friusa serían expulsados y sus más de quinientas viviendas demolidas.
El “milagro económico” dominicano
El 22 de marzo, Presnor y sus compañeros reclamaban el pago de sus salarios atrasados a Soto, quien intentó huir. Su ayudante, Ramírez Pérez disparó hacia los obreros, asesinando a Presnor.El Código Laboral, impuesto en la década de 1990 por el último gobierno de Joaquín Balaguer, contiene una cláusula de inspiración trujillista que prohíbe a las empresas contratar a más de un 20 por ciento de trabajadores extranjeros. Para evadir esta limitación, las compañías no contratan trabajadores haitianos directamente sino que recurren a una subcontratación informal, un mecanismo que la periodista Altagracia Salazar ha sugerido que es utilizada incluso en los negocios de la familia del presidente Abinader en el sector de la construcción. Es así como Construye Capital recurre al maestro de obra Guillermo Filpo Soto, quien en su perfil de Linkedin aparece como representante de una empresa de topografía y agrimensura, para que provea los obreros haitianos que construyen el hotel, sin contrato de trabajo, sin estar formalmente en la nómina de la empresa ni gozar de acceso a seguridad social. Quienes operan como subcontratadores manejan enormes cantidades de dinero en efectivo, sin ningún tipo de control, y cada cierto tiempo desaparecen con el dinero de los salarios. El 22 de marzo, Presnor y sus compañeros reclamaban el pago de sus salarios atrasados a Soto, quien intentó huir. Su ayudante, Ramírez Pérez disparó hacia los obreros, asesinando a Presnor.
Familiares de Presnor indicaron que trabajaba para Construye Capital, una empresa española contratada para construir el Hotel Resort FUNEEQ, de cinco estrellas, en el sector de Uvero Alto en Punta Cana, un ambicioso proyecto de más de 70 mil metros cuadrados de construcción y el doble de urbanización. Los videos del asesinato de Presnor permiten constatar que fue asesinado en el terreno en el que se construye el lujoso hotel. Construye Capital ejecuta la obra al servicio de Fiesta Americana, una empresa del poderoso Grupo Posadas mexicano, dueño de más de 150 hoteles con 20 mil habitaciones alrededor del mundo. Los disparos de Ramírez Pérez contra los trabajadores en Uvero Alto, que constan en el reporte de la Policía Nacional, representan el rompimiento del eslabón más débil de la gran cadena del llamado milagro económico dominicano.
Se trata de un modelo que alardea de tres décadas de crecimiento económico rápido pero que se basa en exenciones tributarias para el gran capital del turismo y otros sectores, una deuda externa que crece rápidamente, cuantiosas remesas de la diáspora dominicana, privatizaciones masivas, desregulación laboral, y la depredación de la minería aurífera. También se encuentra en la médula de este modelo la casi absoluta imposibilidad de organizar sindicatos independientes y el sometimiento de la fuerza de trabajo inmigrante haitiana a condiciones de trabajo frecuentemente afines a la semiesclavitud. Punta Cana es la región turística de más rápido crecimiento en el país, su aeropuerto recibió casi cinco millones de visitantes en el año 2024. Posee campos de golf y playas de arena blanca, así como hoteles en los que una noche puede costar miles de dólares. Los trabajadores haitianos que construyen esos hoteles viven en barrios cercanos, como Friusa.
Fascismo campante en Punta Cana
El fascismo es mainstream en la República Dominicana. Todos los medios privados excepto Diario Libre y Acento proveyeron una extensa y positiva cobertura a los llamados a marchar contra los haitianos el 30 de marzo. La prensa, al referirse a los hechos de Uvero Alto en los que fue asesinado Presnor, no habló de los robos de salarios ni de la explotación de los trabajadores, tampoco del asesinato por la espalda de un obrero desarmado. En cambio, presentó los hechos como un temible “motín” de haitianos, alegando que Presnor murió como consecuencia de “enfrentamientos” y una “violencia” genérica, brindando combustible a los llamados frenéticos de la AOD a marchar.
La organización Antigua Orden Dominicana (AOD), un grupo paramilitar que reivindica el genocidio de 1937 perpetrado por la dictadura trujillista contra personas haitianas y domínico-haitianas, y cuyo vocero es un admirador de Hitler y Mussolini, convocó una marcha para el 30 de marzo en Friusa, a pocos kilómetros de Uvero Alto, donde Presnor fue asesinado. La AOD utilizó el supuesto “motín haitiano” como parte de su agitación por una expulsión de los obreros haitianos de Friusa. El influencer de ultraderecha Santiago Matías, aferrado teatralmente a una bandera dominicana frente a las cámaras, ya había llamado a sus seguidores el 20 de marzo a ir con armas de fuego a la marcha, “por si se pasa un haitiano, llevárnoslo”.
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Simón Rodríguez es un periodista e investigador que vive en la República Dominicana.